Ella es un típico símbolo del ‘mujerón’ dominicano… de estatura alta, figura voluptuosa y curvas peligrosas, la merenguera de calle Juliana ha sabido sobreponerse a un mercado que se considera exclusivamente masculino y con su manera de interpretar el merengue se ha ganado un buen sitial entre los que gustan del género.
Y aunque reconoce que es un mercado difícil, en el que pocas féminas logran alcanzar el éxito debido a que pocos promotores apuestan a las mujeres en la música, pues dicen que no son rentables, “yo soy la prueba de que no es cierto”.
“Titi”, como le llama su madre, o “La Reina del Mambo” como la ha bautizado su amplia legión de seguidores, comparte entre lágrimas una vida intensa y llena de lecciones, de fortaleza, voluntad y mucha disciplina para la teleaudiencia de “Miralba Muy Personal”.
Sobre las críticas al estilo que escogió para cantar, Juliana O’Neil dice a Miralba Ruiz que “lo que más me duele es que entiendan que porque hago merengue de calle mis letras incitan a cosas malas y no es así”, insiste Juliana, quien asegura que “tengo familia, la gente asume que me crié en la calle y eso no es verdad. Eso es parte del machismo alrededor del merengue”.
Asimismo, habla de otra etapa de su vida y entre lágrimas recuerda un capítulo doloroso… el cáncer, una palabra que nadie quiere oír, pero que le tocó vivir de los 11 a los 16 años. “Fue un período difícil, pero estoy bendecida, sobreviví”.
Ante las cámaras de Muy Personal, llora con desconsuelo al recordar niños que fueron sus compañeros en quimioterapia y que no lograron rebasar la enfermedad. “Dios quiso que viviera y vivo para la música, aún tengo un tumor en uno de mis pulmones, pero gracias a Dios está inactivo”.
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